Nº 39: A Sergio M. Coria (Hasta Siempre)

Una encrucijada se poso en mi camino, una terrible incertidumbre a la cual me aferre siendo muy poco conciente de lo que podría pasar o cómo podría terminar.
Un solo pensamiento se me hace presente y es que aún se puede creer en aquellos guerreros que mueren de pie.
Por la mañana vi a la sonrisa más hermosa que jamás volveré a ver, acompañada de un “Te quiero mucho”, un abrazo y un Adiós.
Ahora te encuentras iniciando un viaje hacia la eternidad para volver a nacer, y allá es donde te aguarda de pie, dile que todo esto también fue por ella y cuéntale todo lo que me supiste enseñar en tan solo once días.
Gracias por concederme el deseo de convertirte en mi guía desde que vi por primera vez la luz de tus ojos, pues ahí fue cuando realmente conocí el camino que en verdad quiero seguir.

11.12.07

Rocio I. Badias

Nº 38: A Sergio M. Coria (Carta que nunca leiste)

Dándole mis espaldas a la pared y haciéndole frente al mundo, observo desde esta ventana a la vida, y es ahora cuando puedo ver como es que esta seguridad me inunda a tal punto de llegar a escribir estas palabras con la certeza de que cuando pase la tormenta, va a ser ahí cuando esos ojos van a poder observar unas simples y humildes palabras de verdad, amor y felicidad.
El mundo comenzó a girar llevándonos a bordo, y el universo tuvo la sabiduría de acercarme a ti con la única condición de no detenerme y hacerte saber que aún no has llegado al final de tu camino, todavía tienes muchos amaneceres por nacer y demasiadas noches por dormir, y cuando te quiebres y estés a punto de caer, ahí estaré yo, cuidando tus espaldas para que no caigas y para que no te arrojen al vacío.
Nose muy bien como fue que llegue aquí, pero estoy y te aseguro que no me voy a ir, no mientras vivas, no mientras quieras hacerlo.

09.12.07

Rocio I. Badias