N° 93: Comandante Escultura

Una soberana llegada se hacia presente allá por el año 85’, mientras que hallazgos, descubrimientos, desorden y cataclismos no hacían mas que anunciar al caos que se vivenciaba, pero fue así como el sabio universo dejo reposar en la vida, a la otra cara del pánico, pues era él quien se aproximaba a nuestras vidas.
Incertidumbres, miedos y caricias eran las que golpeaban las puertas de su genuina existencia, a penas asomaba la vista por aquella rendija de sus ojos, y ya podía observar de que se trataba, no hizo vista gorda a la situación, pues como todo buen comandante salio a remontar a su flota de emociones para alcanzar a cada paso lo que nunca antes había podido, la magnificencia de tocar el cielo a cada instante, levantar el esplendoroso vuelo invitando a quien sea merecedor de sus sentimientos mas puros.
Los años fueron pasando, y él, en su afán de dar amor, se sentía ir desgarrando, no pudo concebir al dolor, y sin querer se condenó a vagar en el inframundo de su torrente espeso de sangre, cada paso transmuto a encrucijadas y cada piedra era un nuevo final.
Hoy, cada una de esas piedras, es un nuevo punto de partida, porque fue el mismísimo dolor el que lo tomo de la mano y le enseño a levantar, pues no se ha conocido aun a ningún guerrillero de la vida que se de por vencido en el primer campo de batalla;
Yo, que me encontraba en esa búsqueda implacable de mi misma, ya lo podía divisar desde lejos, jugando a deleitarse con el vaivén de una música amiga, de manera inadvertida me fui acercando, y cuando menos se esperaba, nos encontramos compartiendo el peso de nuestras mochilas, alivianando las angustias recurrentes, descargando iras innecesarias con a penas tímidas palabras, y por qué no, algún que otro mate, aunque no hayan sido de su agrado…
Hoy, a tan solo unos meses de este majestuoso encuentro, se cumplen 24 años de aquella soberana llegada, y yo, me encuentro dando las gracias a los increíbles hilos del universo por haberme conjurado este gran hallazgo.
Hoy… cada una de esas piedras son las que le dan forma a su maravillosa escultura.

(A Chris Sanabria)