N° 92: Sueño

Mientras una mosca entretenía el vaiven de mis ojos,
derepente, de forma brusca y silenciosa, él quizo irrumpirlos
cuestionamientos que mi mente incesante se hacía,
lo observé a tan solo unos pasos, y sozollando me invitó
a tomarlo de su lomo, abrí su pecho y despojado me dijo:

"No sé lo que he soñado
en la noche pasada;
Triste, muy triste debió ser el sueño,
pues despierto la angustia me duraba.

Noté, al incorporarme,
húmeda la almohada,
y por primera vez sentí, al notarlo,
de un amargo placer henchirse el alma.

Triste cosa es el sueño
que llanto nos arranca;
Mas tengo en mi tristeza una alegría...
¡Sé que aún me quedan lágrimas!

Acto seguido de regocijarme en sus brazos de papel ancestral,
lo besé con el alma, pues las gracias le doy a este maravilloso
hombre por abrirme nuevamente las puertas de mi corazon...


GRACIAS GUSTAVO ADOLFO BECQUER!

N° 91: Idilio Inmortal

Aún no te he vuelto a encontrar que ya te puedo sentir, cierro mis ojos y es ahí cuando los recuerdos se plasman en una hoja.
Lentamente me aproximo a tu entrada triunfal, te observo, desde el espacio mas sagrado de mi ser te observo, tu mano roza la mía y es ahí cuando puedo evocar a ese instante eterno en el que me invitaste a volar con la súplica de que te enseñe cómo hacerlo, le soltamos las riendas a lo banal de cada día para trascender la materia, y fue en ese momento exacto en el que conjuramos el idilio inmortal.
Años luz han pasado y aún sigues aqui adentro, fue en esta búsqueda interna donde te he vuelto a encontrar haciendome resonar nuestras últimas palabras, nuestro gran pacto de alma en el que comprendimos que era mejor dejarnos morir para no matarnos de amor. Tú me cuestionabas cuándo nos volveríamos a ver y yo solo sabía responder "cuando nuestros ojos se cierren entregados a la majestuosa eternidad", fue en ese entoces cuando nuestros ojos se elevaron suplicando a los hilos del universo que así como habían conjurado nuestro encuentro en ese entonces, lo vuelvan a hacer miles de años despues, cuando volvieramos a nacer... ya hemos nacido, ahora solo queda observarnos.

N°90: Silencio

Hago silencio y procedo a observar a mi alrededor, mis condolencias para este mundo que muere por el ego absurdo de la pertenencia, cuantas lagrimas, cuanta angustia, cuantas balas y palabras atentando con esa inocencia fugitiva, cuanto dolor...Y aun me puedo sentir pequeña para ahondarme en el abrazo maternal que dice "calma pequeña, ya todo va a pasar"... han pasado 22 años, y aun sigo esperandoEl ser humano... ser intrepido, estupido y aletargado, provocando estragos el los ojos genuinos que no hacen otra cosa mas que observar, los niños miran hacia arriba, y los grandes a su ego desmedido, ojala algun dia nuestros ojos miren lo que observan los niños...