Nº 63: Seres elementales

Pequeños y mágicos seres celtas reposando en rocas de esperanzas, y allí se encontraba… sentado en medio del agobiante camino, desahuciado y un tanto nostálgico, rodeado de muros que en algún momento solo él supo construir…
“No llores mas, dame la mano y contame tu suerte” fue la inventiva mas sutil que me broto para aquel ser frágil y sumiso
Me vi reflejada en aquella mirada ilegible cubierta de escombros, y cuando me di cuenta… ya me estaba introduciendo nuevamente en la mitología personal de quien escribe; al sentirme ahogada en recuerdos comprendí que el crecimiento nuevamente se me introducía en el porvenir.
El pasado idóneo no fue mas que un paralelismo, el futuro simplemente una ilusión y el presente la felicidad al toparme con ese bello espejismo de mi ser, lo observe con suma cautela y en él no percibí mas que una parte mía que deseaba a gritos salir. La longevidad del dolor solo trajo cicatrices, pero ellas ya no duelen, solo nos quieren recordar lo vivido para que podamos aprender, pues en el sendero recorrido ya nada es en vano, nunca lo fue, ni mucho menos lo será.
No me encontraré mucho tiempo mas aquí sentada, pues tendré que partir como todo en la vida, pero sí son eternas estas palabras; algún día comprendí que el partir no es mas que cambiar de escenario, hoy asimile que es finita la materia pero infinito el amor, y es por eso que una vez mas brindo mi mano para dar un paseo por ese sabor de lo pequeño para por fin tocar un sueño.
Calma pequeño, no hay porque temer… pues el comos aun nos cubre entre sus brazos como aquel día en el que quisimos llegar a la luz de la vida, mientras que en este mundo mágico aquellos seres elementales aun nos siguen mostrando la alegría de un nuevo encuentro.


(A Martin O. Rodriguez)

13-11-08

Rocio I. Badias