Nº 72: El Frasco y sus Deseos

Y cuando me siento y leo estas palabras que aun ni siquiera pueden brotar de mi sentir, comprendo que cuando nada tengo por escribir es porque la nada esta invadiendo el espacio mas sagrado de mi ser, dicen que a una taza solo le podemos dar uso cuando esta vacia, si esta llena... no la podemos llenar de nada, pero antes de vaciarla debemos conocer su contenido, hoy comprendo que mi ser integro... se disminuye a una simple y perfecta taza vacia, hoy comprendo que cuando mi ser integro disminuye... crece mi escencia!
En la vacuidad de mi frasco, cuando miro al cielo mil deseos se me vienen a la cabeza... que surga un arcoiris, llegar a lo desconocido de él para alcanzar lo que aun nadie ha alcanzado, observo cada nube y el deseo de reposar en ellas es cada vez mas inmenso, un ave de paso vuela hacia vaya uno a saber donde, y ahi es donde realmente me quiero encontrar, volando... rozarle al viento su cara, jugar con las formas inconclusas de las nubes, atravesar un rayo de luz que me llene de amor, y cuando se haga de noche... jugar a las escondidas con las estrellas, pasear por todos y cada uno de los planetas, llegar al pais de nunca jamas, conocer lo desconocido, plasmarme en la nada para porfin llenarme de todo, proteger lo desprotegido, fundirme en cada estrella para comprender que formo parte del todo, conectar con mi ser, reencontrarme con mi niña interna, fundirme con el aire...

Nº 71: Oráculo de un Encuentro

Maravilla afrodisíaca con escozor a cuestas, empuñando la vida presumiendo capacidad de transformación, comprendiendo que la brutal mano que aniquila a su vez puede resucitar con una dulce caricia.
Evitando que la rendija de mis ojos se vean a la luz del amanecer, pues temo que estos ingenuos sentidos me muestren indefensa dejándome despojada de toda defensa personal.
Rebuscando la manera de no emitir sonido y convirtiendo este carro en un nuevo ser mímico para así encontrar la euritmia de esta disposición musical y aun comprender que nada es tan malo, ni todo es tan bueno.
Saboreando las insípidas ganas de degustar al sabroso manjar del desconocido encuentro.
Intuyendo el envolvente aroma para así percibir un mágico aura.
Fundiendo las ansias de este nuevo encuentro en el eterno resplandor del infinito amor.

Nº 70: El Deseo

Hoy por fin comprendo a ese destino que los vientos nos conjuraron buscar, en definitiva estimo que desde las épocas mas ancestrales siempre quisimos llegar a alcanzar a lo inalcanzable, a anhelar lo único que no se puede satisfacer… el deseo…
El deseo de vivir una ilusión, de creer en sentirnos realizados cuando aun no hemos recorrido ni la mitad de nuestro camino
El deseo de alcanzar un equilibrio sin siquiera padecer lo que es abandonar la dualidad
El deseo que ni siquiera creímos en aquel momento en el que nos sentíamos bastos de satisfacción al creer que lo estábamos saciando, el deseo es como una vez ya he escrito… “un vaso de agua salada en medio del desierto”, pues cuando creemos que ya lo hemos alcanzado todo, siempre vamos por mas, maldita ambición de vivir sin querer abrir los ojos para observar que el deseo no es el camino de llegada, sino que tan solo del de partida
El deseo que se ha transformado en el disparador a las ganas de vivir
El deseo de sentir la individualidad para poder sentir el encuentro con los seres mágicos que atentan brutalmente con el motor de que me invita a seguir… mi sentir
Y cuando miro a los ojos ya me siento transparente, solo veo a ellos, ya no me alcanzo a reflejar en tristes miradas las cuales piden a gritos un abrazo como llamado a la solidaridad.
Hoy por fin comprendo que el deseo es tan solo eso, una señal para alcanzar al ser aurico que jamás se podrá fundir con mi materia.

Nº 69: Noche de Verano

Noche de verano… allí me encontraba, sentada a orillas de un arroyo mientras el color venusiano me cubría sin permiso por pedir, una maravilla reposo en una pequeña roca mientras que yo solo sabia observarla… se mostraba despojada, no quería hablar, no sabia hacerlo, con palabras silenciosas plasmo en mi retina el mensaje del amor cuando me dijo “no hay manera mas inmensa de demostrar la transparencia del amor cuando me plasmo en tu mirada”, y de mi? Que hay de mi cuando la observaba?... el mundo solo sabia que se podía caer a pedazos que ni la piel se me iba a erizar, la tierna mariposa presumía su belleza cuando con su efecto deslumbrante comprendí que podía producir una catástrofe mundial en mi inframundo, y yo.. que no sabia hacer otra cosa mas que observar.
La imagen me llevo a sentir el frío de un cielo que no sabia creer en las elecciones de vida que valen un fin, el cambio me arrastro a las elección de encontrarme en el maravilloso país del nunca jamás, ahí fue cuando mis sentidos se quebraron, ya no sentía… solo vivía, solo volaba, mientras que Thor, el dios del trueno, solo quería despertarme, lo abrase tan fuerte que supe elevarme en el enérgico disparo hacia las alturas mas elevadas de un cosmos jamás visto.
El cigarro se consume y eso no es mas que sentir que todo en la vida llega a un fin, pero el final es tan solo el comienzo… y aquí una vez mas me encuentro, parada sin la dulce espera de volver a iniciar el camino, porque un aire de caricia me dice que por fin he comenzado a no detenerme… GRACIAS!

Nº 68: Solo un Sueño

Paisajes oníricos que atentan sagazmente contra mi ser, seres mágicos arrastrandose por el piso argumentando que ya no creían en sus raices, una bella dama regresa despeinada para no presumir elegancia y un hombre viene al encuentro brindando un banquete basto de camarones y salmon.
Mientras el cigarro se consume persevero en recurrir a mi subconciente... prosigo...
... voy a la búsqueda de mis espejismos, de mis elecciones, y allí los encuentro para invitarlos a la gran fiesta de la maravillosa unión, me elevo junto a aquel hombre en una caja metálica la cual frente a esa carga tan pesada se detuvo como prueba crucial, ahora solo yo puedo saltar y el tierno amor universal incita a aquellos seres a brindarme una mano para poder volar, mientras que con una dulce sonrisa se niegan a hacerlo para con ese pobre vagabundo, y en ese abrir y cerrar de ojos comprendo que al fin soy yo quien canta y baila entre sonrisas y una bella melodía a la luz del amanecer.

03.01.09

Rocio I. Badias