Una noche fría de otoño fue cuando tu cama quiso convertirse en esa puerta que te llevaría al cielo, solo ella supo ser tu fiel compañera en esas noches en vela que supiste llevar, y esa almohada… que decir de ella… si fue la única que conoció tus sueños mas anhelados, las lagrimas mas oscuras y tu incertidumbre de no saber si al día próximo tus parpados iban a permitir su desprendimiento para que tus ojos, que tanta fuerza sostenían, pudieran ver un rayo de luz que entre por tu ventana y así poder ver la luz del sol, así poder sentir que estabas viva.
Tu dosis diaria de morfina no quiso que sintieras la cruz que en ese entonces estarías llevando, pero cómo reparar al dolor del alma? Cómo detener a un corazón desquebrajándose en mil pedazos?
La vida y la muerte decidieron sentarse a tu lado una noche de otoño para jugar una última partida, esta era la que definiría tu destino.
Al día siguiente me desperté y corriendo fui a tu lado para sentir un último suspiro, para que me tomes de la mano, pero ya era tarde, tu respiración ya había cesado y tus manos ya no me daban calor, estaban frías, mire tu rostro y se encontraba con cierta palidez, así como también tu cuerpo se encontraba con una determinada blancura, desde ese entonces supe que te habías convertido en un ángel, por fin estabas volando.
29.08.07
Rocio I. Badias
Serenata Taciturna.
"...No estaras sola, vendran a buscarte batallones de soldados que a tu guerrilla de paz se han enrolado, y yo en primera fila de combate abriendo trincheras para protegernos mi guerrillera..."
(I. Serrano)
(I. Serrano)
miércoles, 29 de agosto de 2007
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- Rocio
- No es amor, ni ternura, ni cariño, es la vida entera, la mia... que encontre al verla en tus manos (Frida Kahlo)
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