Nº 29: Aquellos tiempos

La vida se me escapa como agua de los dedos, como arena de las manos.
Busco en un cajón de recuerdos y trato de hacer un viaje tiempo atrás para anular de mi cabeza aquel momento en el que me quisieron enseñar como era que se leían aquellas agujas del reloj sobre una cartulina escrita con marcador, vaya a saber uno con que fin me quisieron enseñar a entender ese circulo con flechas señalando números, quizás es el día de HOY que lo pueda entender, cuando por fin entiendo el valor del tiempo.
Una dualidad se posa sobre mí con el solo hecho de pensar en el tiempo, recuerdo la inocencia, la calma y las ganas de aquellos momentos en los cuales la ignorancia era mi mejor amiga al yo desconocer ese reloj que marcaría mi tiempo, las horas, minutos y segundos, y la transformación del fin del mundo sobre aquel chupetín cayendo en el arenero; hoy me río de aquel chupetín, y con el solo hecho de pensar en el tiempo se me eriza la piel al ver que los proyectos se me pueden derrumbar como aquellas casitas de cartas que en algún momento supe construir.
La incertidumbre de desconocer un mañana me empuja a replantearme el HOY. Mas adelante ya será tarde, mas adelante ya todo habrá terminado.
Con los sentimientos me mantengo en pié y con la cabeza sigo adelante, o al revés… da igual, la cuestión esta en vivir, en morir, llorar, reír, pero por sobre todas las cosas SENTIR, sentir la muerte, vivir la vida.

03.10.07

Rocio I. Badias