Cuantas veces me cruce con personas que, sin saber quienes eran, ya podía intuir que las conocía, subirme al tren, subte o colectivo me causaba una sensación muy extraña, mas de una vez me dieron ganas de subirme, saludar y sentarme al lado de alguien para entablar una conversación, tal vez ese alguien pudiera entender o explicarme lo que nadie, y era el porque de que yo esté sentada ahí y con que fin, quizás ese alguien pudiera darse cuenta de lo que me pasaba a mi, o en una de esas de lo que le pasaba a si mismo. Será que es verdad eso de que hablar con desconocidos nos da mas confianza? No lo sé, es que nunca lo hice, uno puede contar lo que le pasa, pero no expresar lo que siente.
Yo no sé lo que me pasa, pero si se lo que siento, aunque lo tengo bien guardado, es un secreto, y es tan secreto que ni yo lo sé. Muchas veces sentí ganas de salir corriendo, pero no sabia para dónde, entonces ahí fue cuando paré y me puse a pensar a dónde ir, qué hacer y cómo proceder y fue entre tantos pensamientos absurdos cuando decidí solo caminar y acá me encuentro, caminando sin rumbo fijo, porque pude entender que existe un destino, el cual no puedo cambiar ya que todo llega a un mismo fin, entonces decidí vivir, solo vivir para morir, o talvez morir para seguir viviendo, y así poder vivir, es lo único que quiero, deseo y puedo.
18.10.06
Rocio I. Badias
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
.
- Rocio
- No es amor, ni ternura, ni cariño, es la vida entera, la mia... que encontre al verla en tus manos (Frida Kahlo)
No hay comentarios:
Publicar un comentario